En este primer post sobre estética no podía hablar de otra cosa que no fuera del tratamiento estrella en medicina estética: el tratamiento con Botox para las arrugas de expresión. La infiltración de Botox para las arrugas ha sido el procedimiento de medicina estética más realizado todos los años desde 2000, según las estadísticas de la Sociedad Americana de Cirugía plástica y Estética. ¿Por qué será? Pues porque es un tratamiento seguro que en manos expertas puede conseguir resultados espectaculares. Además, hoy en día es uno de los tratamientos que más vamos a lucir, teniendo en cuenta que la mascarilla nos cubre todo menos la zona que tratamos con Botox. Pero doctora, el Botox hincha, ¿no? Y se queda súper artificial, ¿verdad? Si crees eso sigue leyendo que vas a aprender mucho y, si no, también, pues en este post encontrarás todo lo que necesitas saber sobre el tratamiento con Botox para las arrugas de expresión.
¿Qué es?
La toxina botulínica es una neurotoxina sintetizada por una bacteria anaerobia, el Clostridium Botulinum. Se conocen varios subtipos, pero es el subtipo A el que más se usa en tratamientos médicos y la utilizada en medicina estética. Aunque se conoce como Botox®, éste realmente no tiene indicación en medicina estética. Es Vistabel®, su equivalente, la primera toxina que fue aprobada con fines estéticos para tratamiento de arrugas de expresión (para que nos entendamos yo utilizaré indistintamente los términos toxina botulínica y Botox). Posteriormente lo fueron Bocouture® y Azzalure®. ¿Hay alguna diferencia entre ellas? Pues además de obtenerse de cepas diferentes de la bacteria, se diferencian en su peso molecular según su unión a proteínas y en los excipientes. ¿Y esto tiene alguna implicación en su efectividad o duración? Parece ser que no, que a dosis equivalentes la respuesta es igual con todas.
¿Cómo actúa?
El efecto farmacológico de la toxina botulínica tiene lugar a nivel de la unión del nervio periférico con el músculo, lo que se conoce como unión neuromuscular. En esta región se produce la liberación de acetilcolina, un neurotransmisor necesario para producir la contracción muscular. La toxina botulínica actúa de forma local mediante el bloqueo de la liberación de acetilcolina, lo que se traduce en parálisis muscular temporal.
Su efecto empieza a notarse a los dos o tres días y tiene un efecto máximo pasadas una o dos semanas de la inyección. Por suerte o por desgracia, su efecto es reversible, y la actividad muscular se empieza a reanudar a las 16 semanas generalmente y el efecto dura de cuatro a seis meses. Para mantener los resultados, es conveniente anticiparse al fin del efecto.
¿Cuándo está indicada?
Quizás lo primero que tengas que saber es que la toxina botulínica se emplea desde 1977 en medicina no estética, y hoy en día su uso es muy extendido, incluso en la edad pediátrica, para el tratamiento de multitud de problemas médicos como son algunos tipos de cefaleas, disfunciones de la vejiga, espasmos musculares, el bruxismo o la hiperhidrosis (exceso de sudoración), entre otros. Por tanto, existe una amplio conocimiento y experiencia en su uso.
A nivel de estética, se usa desde 1992 para tratar las arrugas del tercio superior de la cara, esto es, las arrugas del entrecejo o arrugas glabelares, las frontales y las patas de gallo. Estas arrugas son arrugas dinámicas o arrugas de expresión, es decir, se forman por la contracción repetida de distintos músculos faciales. Al disminuir la contracción muscular tratamos el gesto que provoca la formación de la arruga, y esto se traduce en que conseguimos una expresión más relajada.
Fuera de indicación, a nivel facial puede usarse también el tratamiento con Botox para las arrugas de la zona peribucal, la sonrisa gingival (la exposición de las encías al sonreír), el aspecto triste de la boca por depresión de las comisuras o las arrugas del mentón, entre otras.
¿Cómo es el procedimiento?
Se trata de un procedimiento sencillo, rápido y no requiere anestesia. Lo primero es realizar una correcta historia clínica y una exploración física, tras lo cual tu médico te explicará en qué consiste el procedimiento y te hará firmar un consentimiento informado. Posteriormente te hará unas fotografías. Por último antes de la inyección, es importante desinfectar la zona.
En función de tu anatomía, tu médico inyectará las unidades que necesites de toxina en las localizaciones que precises. Aunque son varios pinchazos, la aguja es muy fina y solemos utilizar hielo, de forma que suele ser muy bien tolerado.
Tras el prodecimiento, tienes que llevar serie de precauciones:
- Evita presionar o frotar intensamente la zona.
- No tumbarte en las cuatro horas siguientes.
- Evita el ejercicio en las cuatro horas siguientes.
- Puedes y debes gesticular con normalidad.
A las dos semanas aproximadamente, tendrás que volver a la revisión y, si lo precisas, tu médico realizará alguna corrección o refuerzo.
¿Qué contraindicaciones tiene?
Como todo, el tratamiento con Botox para las arrugas de expresión tiene una serie de contraindicaciones que tienes que conocer:
- Alergia conocida a la toxina o a los excipientes.
- Enfermedades de la unión muscular.
- Embarazo y lactancia. A ver, aquí hay que puntulizar. En embarazo no se recomienda salvo en caso de absoluta necesidad, que no es el caso en estética. En cuanto a la lactancia, aunque no hay estudios adecuados y bien controlados, bien administrada localmente, no deben alcanzarse niveles significativos en sangre, y además se ha observado que no pasa a la leche materna y que ésta tiene propiedades neutralizadoras de la toxina. Por tanto, el riesgo durante la lactancia es bajo.
- Infección en la zona de inyección.
¿Cuáles son los efectos secundarios?
Teniendo en cuenta lo anterior, es un tratamiento muy seguro y con pocos efectos secundarios, que además son leves y transitorios:
- Hematomas en la zona de inyección, aunque es poco frecuente.
- Inflamación o rojez.
- Molestias.
- Sensación de picor o quemazón en el área tratada.
- Cefalea.
- Asimétrias, que se corregirán en la segunda sesión.
Algunas preguntas de los pacientes:
- ¿Se puede hacer tratamiento con Botox para las arrugas en hombres? Por supuesto. Simplemente hay que tener en cuenta que suelen tener mayor potencia muscular y, por tanto, requerir dosis mayores, además de algunas peculiaridades en la técnica de inyección.
- ¿A qué edad se debe empezar? Generalmente los 30 es una buena edad para empezar. ¿Te parece pronto? Pues bien, te diré que si se empieza a estas edades tiene un efecto preventivo en la formación de la arruga, pues consigue modular la actividad muscular, y esto es lo más interesante. Si la arruga ya aparece en estático, es decir, sin realizar contracción muscular, aunque mejorará con la toxina, no desaparecerá completamente.
- ¿Se pueden producir efectos adversos importantes? Hasta ahora no hay descritos efectos adversos graves en su uso en medicina estética.
- ¿Se me va a ver una cara artificial? Esto depende básicamente de la dosis que se use. El objetivo es relajar el músculo, para no paralizar la expresión y de esa forma conseguir resultados naturales.
- ¿Me voy a hinchar? No. Mucha gente confunde los efectos de la toxina con los de los materiales de relleno pero ten claro que no, que la toxina butulínica no hincha, no aporta volumen.
- ¿Es verdad que engancha? Lo cierto es que la mayoría de los pacientes se encuentran muy satisfechos con el tratamiento y, dado que su efecto es temporal, demandan el tratamiento cada cuatro o seis meses. Si no se repite, no se produce ningún efecto rebote.
- Yo quiero que me ponga Botox solo en el entrecejo, ¿es posible? No lo recomiendo. Siempre es mejor tratar globalmente todo el tercio superior, pues la relajación aislada de unos músculos potencia la contracción de los otros, y por tanto, los resultados no serán tan naturales.
Y tú, ¿la has probado ya? ¿tras leer esto has perdido el miedo? Pide tu cita y anímate.
¡Feliz semana familia!
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