Las lesiones cutáneas verrugosas son un motivo muy frecuente de consulta en dermatología. Si te pregunto si tienes alguna verruga, estoy casi segura de que me dirás que sí. En muchas ocasiones el paciente viene a la consulta refiriendo tener una o varias verrugas, pero con frecuencia ese diagnóstico, a veces incluso realizado por otro médico, no es correcto.
Y es que verruga no es lo mismo que verrugoso. Verrugoso en dermatología es un adjetivo que significa excrecente, sobreelevado, que sobresale de la piel. Y las verrugas son un tipo de lesión cutánea causada por el virus del papiloma humano (VPH). Hay muchas otras lesiones cutáneas verrugosas, de muy diversa naturaleza, que nada tienen que ver con el VPH.
Voy a explicarte las lesiones cutáneas verrugosas que más frecuentemente vemos los dermatólogos en consulta.
1. Verrugas (verdaderas)
Las verrugas son la manifestación clínica más común del VPH. Aparecen sobre todo en niños y adultos jóvenes. La infección por el VPH se transmite por contacto directo piel con piel (o mucosas). La lesión clínica va a depender del tipo de VPH, de la localización anatómica donde aparezcan y del sistema inmune del huésped.
Cuando el VPH infecta la piel puede provocar:
Verrugas vulgares
Aparecen sobre todo en los dedos, en el dorso de las manos, o en zonas propensas a traumatismos como los codos o las rodillas. Son unos bultitos pequeños de color marrón, rosado o blanquecino, duros, que tienen como “piel muerta”, que es lo que nosotros llamamos hiperqueratosis. Ayuda a reconocerlas el que tienen unos puntitos negros que son los capilares trombosados. En algunas localizaciones, sobre todo alrededor de los orificios de la cara, pueden ser “filiformes”, es decir, alargadas y finas.
Verrugas palmares y plantares
Aparecen como una zona de piel dura, muchas veces no sobresaliente, sino más bien aplanada (en las plantas por la presión no pueden crecer hacia fuera), y dolorosa a la presión. En las plantas también reciben el nombre de papilomas y cuando se juntan muchas forman lo que se llaman “verrugas en mosaico”.
Verrugas planas
Tienen un color marrón claro o rosado, son más aplanadas como su propio nombre indica, suaves al tacto y solo ligeramente sobreelevadas. Aparecen sobre todo en el dorso de las manos, los antebrazos y la cara.
Cuando el VPH infecta las mucosas:
Muchas veces lo hace sin ninguna manifestación clínica. En el grupo de pacientes que sí provoca lesiones lo más común son los condilomas acuminados o verrugas anogenitales, que son la infección de transmisión sexual más frecuente en los países desarrollados. Estas lesiones verrugosas, de color más blanquecino-rosado o marronáceas (generalmente las de más tiempo de evolución), suelen ser múltiples, y la superficie se parece a una coliflor, con múltiples proyecciones. Suelen aparecer en personas jóvenes sexualmente activas.
Puede ayudar a reconocer las verrugas que en ocasiones se disponen como en línea puesto que los traumatismos (como arañazos o el rasurado), favorecen la autoinoculación del virus. Es lo que en dermatología llamamos “pseudofenómeno de Koebner”. Salvo las verrugas plantares, en general, las verrugas son asintomáticas.
2. Queratosis seborreicas
Las queratosis seborreicas son el tumor cutáneo benigno más frecuente del ser humano. Merecen un post a parte, pero en resumen: suele ser lesiones de color marrón, sobreelevadas también, aunque a veces son planas, de tacto algo rugoso, y aparecen en cualquier parte de la superficie cutánea, menos en palmas y plantas y mucosas. Pueden parecerse a las verrugas pero generalmente aparecen en gente mayor, en otras localizaciones distintas a las más habituales de las verrugas, y con frecuencia pican o se irritan.
3. Fibromas
Los fibromas blandos, acrocordones o pólipos fibroepiteliales son súper frecuentes, hasta el punto de que se calcula que la mitad de la población tiene al menos uno, y el riesgo de tenerlos aumenta con la edad. Suelen verse con frecuencia en pacientes obesos, en diabéticos, y pueden aparecer en el segundo trimestre del embarazo (y suelen desaparecer solos tras el parto).
Seguro que conoces a alguien que tiene muchas verruguitas en el cuello, ¿verdad? Pues lo más probable es que sean fibromas. Son simplemente sobrecrecimiento de piel normal. Suelen ser múltiples lesiones, color piel o ligeramente hiperpigmentadas, de superficie lisa y suave (a diferencia de las verrugas o las queratosis seborreicas), y pediculadas, como colgantes, que suelen aparecer en el cuello, en las axilas y en las ingles o debajo de las mamas, que son zonas de roce. Su tamaño es muy variable y generalmente son asintomáticas, aunque pueden doler si se irritan por el roce o si se infartan (si se estrangulan se pueden poner negras).
4. Nevus melanocíticos compuestos e intradérmicos
Los lunares (que nosotros llamamos nevus melanocíticos) pueden ser unas pequeñas manchas de color marrón generalmente, planas, cuando se localizan en la zona de la unión de la epidermis y la dermis (las dos capas más superficiales de la piel) y los llamamos nevus junturales o de la unión.
Conforme pasa el tiempo, los lunares maduran y se hacen más profundos, “caen” a la dermis, parcialmente (nevus compuestos) o totalmente (nevus intradérmicos). Y esto clínicamente se traduce en que se hacen sobreelevados, se palpan, y van perdiendo el color. Por tanto, son lesiones palpables, blanditas, se mueven fácilmente y son de color marrón claro o a veces color piel. Estas lesiones cutáneas verrugosas son un motivo frecuentísimo de consulta, y raro es el paciente que no venga diciendo que le ha crecido una verruga.
5. Callos
Sí, como lo lees. Con mucha frecuencia vienen a la consulta pacientes diagnosticados de papilomas o verrugas plantares que lo único que tienen son callos.
La piel, ante un traumatismo o roce repetido, responde engrosándose (esto se llama hiperqueratosis), como mecanismo de defensa natural. En los pies, ese traumatismo repetido puede deberse a un calzado inapropiado, a deformidades anatómicas o a ciertas actividades de ocio o laborales. Pero debido a la presión de los huesos y del calzado al andar, esa hiperqueratosis crece hacia dentro, y forma lo que llamamos un clavo plantar o heloma.
Los clavos duros suelen aparecer en el dorso de los dedos, sobre todo en la zona dorsolateral del quinto dedo, y en las zonas de más presión de la planta. Son unas zonas de color amarillento o grisáceo, bien delimitadas, duras, con un núcleo central, redondeado. Los clavos blandos aparecen entre los dedos, y son más blandos y blanquecinos debido a la maceración por la humedad. Estos son también llamados “ojos de gallo o de pollo”, si bien la gente suele usar este término en general para callos y verrugas.
Los helomas pueden ser tan dolorosos como los papilomas, así que el dolor no ayuda a diferenciarlos. Sin embargo, el núcleo central es translúcido, amarillento, y cuando lo legramos (lo raspamos), vamos eliminando capas de queratina sin que aparezcan los puntitos negros de los capilares trombosados o los puntos de sangrado típicos de los papilomas.
5. Tumores malignos
Ya le dedicaremos un post más adelante a los tumores malignos más frecuentes de la piel. Ahora solo quiero destacar que los cánceres de piel pueden ser también lesiones cutáneas verrugosas, excrecentes y sobreelevadas y vienen con el diagnóstico erróneo de verrugas. Tenemos que sospecharlo ante lesiones de aparición reciente, o que han cambiado de tamaño, de forma o de color, o que sangran. Cuidado porque en la mayoría de ocasiones son asintomáticos, ni pican, ni duelen, ni molestan, así que hay que estar atentos.
Así que como puedes ver, no es oro todo lo que reluce, por lo que ante la mínima duda lo mejor es acudir al dermatólogo para que te diagnostique correctamente y te trate si es necesario.
Y tú, ¿sigues creyendo tener verrugas?
¡Feliz semana familia!
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